Nivel Educativo: Colegio (BGU)
Mayéutica Socrática:
Desde
hace 27 años que la vida me enfrentó al reto
de ser profesor, este oficio solo me ha confirmado una certeza: solo sé que nada
sé.. Sabia sentencia de Sócrates.
Aunque el máximo filósofo griego no dejó ningún escrito, sus discípulos, Platón
y Aristóteles, le adjudican un método de enseñanza absolutamente brillante: la
mayéutica.
Sócrates enfrentaba a todo ateniense que quisiera dialogar con él a una serie
de preguntas. Los ponía a dudar sobre las verdades absolutas impuestas por la
cultura, la fe, la tradición. Trataba de ayudarlos a encontrar posiciones más
objetivas, libres de prejuicios, convencido de que el diálogo era un
instrumento dialéctico para llegar al verdadero conocimiento.
Las verdades absolutas solo están en las ciencias puras: matemáticas, física,
química… pero y en las materias optativas ? (que son la mayoría), la subjetividad nos domina.Entonces, ¿Cómo enseñar con reglas específicas y estrictas? filosofía, artes plásticas, literatura, política, investigación, economía, emprendimiento y gestión, música, comunicación (por mencionar algunas áreas).
Intento que mis alumnos aprendan a escribir guiones, monólogos, poesía, planes, emprendimientos, a ser mas realistas aceptando sus limitaciones humanas y cómo utilizar sus dones ante la vida . Cada corriente literaria, filosófica, musical o empresarial tiene ciertas reglas, pero el camino de la
CREATIVIDAD para lograr cada una de ellas es tan específico como el ADN.
Debo conocer a mis alumnos, más allá de sus nombres y género. ¿Cuál es su
origen? Social, cultural, geográfico, familiar, económico, psicológico…y vuelvo a Sócrates, pues el diálogo me permite ayudar a cada estudiante a descubrir
quién es y qué lo afecta. Que logre hacer consciente su inconsciente. Lo
intento. A veces lo consigo.
No quiero imponerme. No creo que un estudiante sea un envase que debo llenar de
conocimientos. Quiero ayudarlos a crecer como creadores. Que logren tener un
pensamiento crítico. Que no se aferren a las creencias que les han sido
impuestas ni a las que han adquirido por prejuicios.
Si no quieren ser inéditos que lo sean por voluntad propia, pero no por falta de conocimientos, es igual como si se quisieran poner tres piercings, dos tatuajes o pintarse
el cabello de verde... lo que quiero, eso sí, es que aprendan a aprender, no
solo de mi, de todos, de cualquiera.
Al inicio de este semestre les pedí a mis alumnos que se autodefinieran en tres
palabras y las respuestas fueron
clarificadoras, uno de ellos aseguró ser consecuente.
Me
encantó que alguien escogiera ese atributo.Y otra vez Sócrates , el sí que fue consecuente hasta la muerte. Creía tanto en el cuestionamiento de
las verdades absolutas que, cuando fue juzgado por 500 ciudadanos atenienses
por “corrupción de los jóvenes” (los había hecho pensar y reflexionar), y luego
de aceptar el veredicto de culpable de 280 sobre 220, dirigió ante el jurado
una perorata tan “irreverente” que fue condenado a muerte por gran mayoría
(360). Aceptó su condena bebiendo la cicuta que le prepararon y pasó a la
historia como el filósofo más grande de todos los tiempos.Yo no pretendo pasar a ser el mejor profesor del mundo, ver a emprendedores y creadores exitosos que algún dia estuvieron en mis bancas me hace sentir que mi vida tiene un sentido, por el contrario si algún dia dejo de despertar en mis estudiantes el deseo de saber mas, al igual que Sócrates, muero.